Estuve varios minutos pensando cómo empezar esta serie de columnas que sé que son de su agrado. Me inclinaba por comentar sobre amor de parejas, sobre sexualidad o sobre nuestros problemas familiares. Sin embargo, creí conveniente que antes de entrar en esos temas que tanto nos llama la atención, habláramos sobre la importancia de reflexionar sobre nosotros y pensar que realmente nos hace feliz. Te pregunto ¿Tu pareja te da felicidad? ¿Tu familia te da felicidad? Te pregunto de nuevo, ¿Qué en la vida te brinda felicidad?
Puedo empezar a ofrecer aquí truquitos para que tu intimidad con tu pareja sea más saludable, y para que la relación con tu pareja mejore. O quizás pueda comentar sobre cómo mejorar la relación con tus hijos o familiares. Sin embargo, he descubierto a través de mi experiencia con las personas que han acudido a mis consultas, que a nosotros lo que en realidad nos hace falta para entender, ayudar y amar a los demás, es ser felices primero. Mis amigos, piénsenlo.
Si no fuera así, ¿Cómo podrías abrazar a tu amor sin tener en tu corazón fuerzas de felicidad interior para abrazar? ¿Cómo podrías besar a tu pareja si no tuvieras los deseos de felicidad interna de besar con locura? ¿Cómo podrías agarrar, abrazar a tu hijo si no tuvieras el amor de padre o madre que te invade tu alma? Mis amigos, todo eso se hace porque todavía nos quedan rastros de felicidad en nuestro corazón. Todo eso demuestra que tenemos el potencial de gritar, reír y llorar. Por eso mis amigos a gozarnos la vida, a cantar esa canción preferida una, dos o tres veces si eso nos hace feliz, y a decir a los cuatro vientos soy feliz.
Quizás estarás pensando que no se de tus problemas personales, que no se de tus duros momentos en tu vida y de las cosas que nos ocasionan dolor. Sí, es cierto, ¿pero sabes algo? La vida está llena de desafíos que tratan de arrebatarnos esa felicidad interna y eso nos pasa a todos. ¿Tú crees que eres la única? No, créeme que no. Te aseguro que, si de ahora en adelante ves esos problemas desde tu felicidad interna, la perspectiva de tu situación tiende a cambiar ¿Qué te han dado deseos de llorar? Pues llora. ¿Qué te han dado deseos de gritar? Pues grita y coge tu almohada, y grítale hasta más no poder. Claro que sí, y hazlo con fuerza, con mucha fuerza. Al hacerlo te darás cuenta que todavía tienes fuerzas y que esas fuerzas de coraje y tristeza que a veces sentimos son fuerzas de felicidad que todavía quedan en tu corazón. Recuerda que estas diseñado para cambiar tu destino, pero cámbialo con amor, y llegara a ti más amor del que te imaginas. ¿Porqué no lo intentas?
Comentarios y sugerencias sobre temas me pueden escribir a cesar.inspirador@gmail.com. Muchas felicidades.


